https://www.instagram.com/anacronicashopping/Siempre es un placer que alguien te diga que le gusta tu estilo o cómo escribes, pero que te lo diga alguien cuyo gusto y estilo admiras profundamente, es la caña de España, oiga. Y es por eso que hoy estoy aquí escribiendo, en el blog de Mileva.
Tendencias de Moda
Ella, madre de tres. Yo, casi madre de uno, o una, que aún es pronto para saberlo, y aterrada por todos los cambios que se avecinan.
Que yo llevo casi 40 años sin más preocupación que saber si ya se puede combinar rosa con rojo o si esta temporada también se llevarán los lunares.
Esto es lo que yo llamo salir de la zona de confort por la puerta grande, no me digáis que no.
Así pues, mientras llega el momento de hablar de vacunas, biberones y lactancias, aprovecharé para seguir hablando de lo que más me gusta: moda, decoración, vestidos de novia o cualquier otra maravillosa frivolidad que se me pase por la cabeza.
En este caso me apetece hablar de la que viene siendo una obsesión para mí en las últimas temporadas: las prendas oversize. Y es que no puedo estar más contenta con esta tendencia, ahora que mi ropa empieza a no servirme y yo me niego a adentrarme en la sección premamá.
No he comprado más que unos vaqueros, unos leggins y unas medias tupidas. El resto del embarazo me lo pasaré con la ropa oversize que ya tenía y la que vaya comprando.
Los escaparates están llenos de suéter, camisas, abrigos y cárdigan grandísimos que hay que saber llevar, pues, mal combinados, se corre el riesgo de parecerse más a Demis Russo que a una moderna rendida a los pies de las tendencias.
Esta tendencia puede ser un arma de doble filo, así es que hay que prestar atención a las proporciones de nuestro cuerpo.
Yo soy más ancha de abajo que de arriba, y por eso no me quedan demasiado bien las prendas grandes abajo si no las compenso bien de arriba. Por ese motivo yo me lanzo más a por suéter y blusas grandotas combinadas con leggins o falda lápiz.
El efecto óptico que consigo es justo el que quiero, ensanchar arriba y estrechar abajo. Y los zapatos son la guinda del pastel.
Mi pie es pequeño y tengo que apostar por zapatos de tacón o botines con mucha presencia (bien porque sean grandes o bien porque destaque el color) para equilibrar mi figura y no parecer un triángulo invertido sin base.
Las bailarinas y los botines sin tacón y con suela planísima no tienen cabida en mi zapatero, pues me hacen los pies diminutos y agrandan ópticamente el resto de mi cuerpo.
En definitiva, que hay temporadas en las que entro a las tiendas y pienso que los astros se han alineado para fastidiarme a mí la vida y que a ver qué me pongo yo este año, y luego hay otras, como esta, en las que me lo quiero llevar todo.
Además del rollazo que tiene el oversize, es que es tan cómodo…
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¡Opiniones! ¿Me paso de optimista? ¿El oversize es lo peor? Contadme vuestra opinión.
Bienvenidos a mi pequeño espacio en casa Milemae.
Yo soy Ana Crónica.

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A mi me encanta el oversize así que estoy de acuerdo contigo. 🙂
Además en invierno no hay nada mejor que sentirse elegante y cómoda en una ropa más ancha y que parace que te abraza.
Sí, la verdad es que es un gustazo! :-*